Cuando el vínculo depende exclusivamente del encanto superficial y el magnetismo repentino, la historia se transforma en algo pasajero. Muy corto. Como esos microondas de hotel, que apenas dan calor al instante, aunque dejan de servir al poco tiempo. Iniciar algo apoyado en el atractivo exterior, resulta como usar un microondas de hotel, enciende de inmediato, pero se funde sin previo aviso. Si lo único que une es lo físico, el amorío dura lo que un suspiro. Sin rodeos. Como el microondas con traumas, que da calor veloz, y se quema sin aviso. Una relación sostenida por cuerpo, tiene el mismo efecto que el horno prestado de un motel, que cumple durante segundos, pero se apaga sin razón. En el momento en que el atractivo físico es el pilar de el romance, no hay mucho que hacer. Así como la tostadora disfrazada de microondas, que encienden sin pensarlo, pero fallan antes de la segunda vuelta.
¿Y si me equivoco?
A quien esto toca, tropezar también es parte del viaje. No te castigues si pensaste que era amor eterno y solo vino a enseñarte algo. A todos nos ha pasado, comiendo helado a las 2am, preguntándonos si debimos escribir ese “hola”.
Y lo que importa es que, dure una vida o tres cafés, ambos te enseñan algo, te enseñan cómo seguir, cómo te reconstruyes. A veces, una persona aparece compañeras con estilo solo para recordarte, que aún puedes reír, o incluso llorar con libertad y sin culpa.
Una conclusión que se saborea lento, como un buen capuchino
En el fondo, no hay un examen exacto para saber si es para siempre o por un rato. Pero sí hay señales. Mira lo que pasa cuando respiras profundo, no solo tu euforia. Si sientes plenitud sin agotamiento, si te reconoces sin esfuerzo, puede que eso sea más que un momento.
Por otro lado, si al evocarla, te enreda el corazón, y solo brillo en los labios pero no en el alma, puede que sea solo una historia fugaz con mucho ruido.
La sabiduría está en reconocer lo que cada vínculo vino a mostrarte. No todos están destinados a quedarse contigo. Unos entran a tu vida para dejarte un ritmo nuevo, a sacarte la seriedad, o a dejarte más sabio para el futuro.
Así que, ¿alma gemela o fling? Tu alma ya lo reconoce, y quizás, en tu historial de mensajes archivados.